miércoles, 25 de noviembre de 2009

Hombres y Mujeres : ¿Iguales o diferentes?

Culturalmente se ha trabajado bastante el tema de hombres y mujeres, intentando responder la pregunta en torno a si somos iguales o diferentes. Y no se hace referencia al componente físico, pues es obvio que somos diferentes. Cada uno tenemos formas bien definidas (sin hablar de la estética).

La polémica surge a partir del rol como hombre o como mujer y si bien es cierto, el rol también es una herencia cultural, trasmitida de generación en generación, tanto hombres como mujeres invocamos igualdad y así debe ser en cuanto a derechos y oportunidades sociales, económicas, laborales, participación en el hogar, entre otros. No obstante, como seres existentes en cualquier lugar del mundo, no somos iguales y afortunadamente no. En la diferencia se alimenta una relación, cualquiera que esta sea. Entonces, ¿por qué pedimos a gritos igualdad en todo sentido, convirtiéndose en una lucha sin fin?

Se trata de comprender que hombres y mujeres no somos iguales, somos diferentes, no somos mejores unos que otros, cada uno estamos dotados de grandes riquezas, por lo tanto, somos complementarios y en este orden de ideas, tenemos la oportunidad de aprender del otro u otra, de aprovechar todo conflicto que se viva en lo cotidiano y por conflicto se hace referencia a cada asunto por resolver, indiferente de su complejidad, representando al fin y al cabo la oportunidad de tener un aprendizaje.

En la medida que clarifiquemos el concepto de complementariedad, se podrá aportar y recibir más dentro de cualquier tipo de relación, ya sea de pareja, laboral, de socios, hermanos, etc. Es importante conocer al otro u otra, así como conocer nuestras limitaciones, todo apuntando a un mismo norte. Es precisamente la diferencia la que permite que una relación avance, sea dinámica, es un enriquecimiento constante en la vida diaria.

Una relación es de dos, los dos aportan, contribuyen para que funcione dentro de su propia identidad relacional. De ahí que en la medida que respetemos la individualidad del otro u otra, tendremos relaciones más claras y funcionales.