Cada
vez son más y a más temprana edad, los adolescentes que cuentan con una
herramienta de comunicación virtual tan sencilla como un celular, cuyas
aplicaciones permiten una apertura al mundo, a acercar a quienes se tiene lejos
y a compartir incluso con quienes no se conoce.
Este
nuevo accesorio, puede convertirse en un gran riesgo si no se tienen las
precauciones y normas de uso. Una de las mayores alarmas es el “sexteo”, conocido como la práctica de
compartir mensajes de índole sexual a través de un teléfono celular o un
computador donde puede enviarse fotos y videos.
Aunque
el “sexteo” no es un delito en sí mismo, si empieza a considerarse
como tal cuando intervienen menores de edad o cuando siendo adultos uno de los
mismos no está de acuerdo con la publicación de las imágenes.
Desafortunadamente muchos adolescentes pasan largas horas inmersos en sus
celulares y computadores sin supervisión alguna y en gran parte de los casos
sin una orientación previa, un seguimiento continuo ni un acompañamiento de un
adulto responsable.
Como
padres y adultos responsables de los menores de edad es necesario tener en
cuenta que cada foto o video que se publique en el ciberespacio se pierde el
control sobre la imagen, dado que el destinatario puede duplicarla, guardarla o
difundirla a su amaño. Igualmente el riesgo de ser difundida no es solamente
por quien la ha recibido inicialmente, se debe contemplar la posibilidad de
perder el celular o pueden acceder a través de wifi pública a nuestro dispositivo
o el de nuestros hijos y así queda expuesta cada foto o video guardado.
Lastimosamente
muchos adolescentes envían fotos o videos con contenido sexual a sus pares por
curiosidad, por diversión, por presión, etc. pudiendo ingresar fácilmente al flagelo de la
pornografía infantil sin darse cuenta, tanto quien porta fotos o videos con
contenido sexual de menores de edad, como aquellos que las difunden, tipificándose
como delito. Dentro de los grandes riesgos están los pedófilos, las redes de
trata de personas, el ciberbullying, suplantación de identidad, extorsión,
abuso sexual, entre muchos otros.
Con
este panorama ¿qué se debe hacer?
Como
padres debemos tener claridad que los adolescentes atraviesan una etapa de
búsqueda de identidad y si no gozan de una adecuada comunicación con sus
padres, buscarán equivocadamente cualquier tipo de amor para sentir que son
valorados y buscarán en otras personas resolver las dudas que tienen sobre
temas propios de su edad.
Se
requiere que nuestros hijos aprendan de nosotros a manejar adecuadamente las
relaciones interpersonales y a construir en familia habilidades sociales para
la vida cotidiana, especialmente el fortalecimiento de la autoestima. La
comunicación familiar y el ejemplo son la clave, desde su primera infancia
requieren estructuras para ir tejiendo su propia identidad, ellos observan todo
el tiempo la manera como manejamos las
situaciones por resolver, el estrés, las normas, los límites, nuestros vínculos
con el entorno, el uso de internet, todo.
Es
necesario recordar que los padres somos su guía, así que debemos prepararlos
para la gran gama de posibilidades que se les puede presentar. Enfatizando en
el tópico del “sexteo”, es
imprescindible manejar el tema de la sexualidad, construir el concepto y
respeto del cuerpo propio y de los demás, el significado de la privacidad, el amor propio, el auto concepto. Mostremos claridad
que nos pueden hablar de lo que deseen saber, planteemos en casa espacios para
dialogar sobre la sexualidad, la relación consigo mismos, con los demás, con el
entorno, que sepan distinguir y desenvolverse en una presión de grupo o de
terceros, aprender a diferenciar y evitar dejarse llevar o no por lo que puede
ser una moda. Evitemos criticar sus inquietudes o posibles posturas, por el
contrario escuchemos sus preguntas y sus respuestas para orientarlos e
indicarles los posibles riesgos que conlleva las decisiones que se puedan tomar;
invitémoslos a que cada decisión debe tener un mínimo de reflexión. Es
importante depositar en nuestros hijos el grado de responsabilidad que les
corresponde acorde a su edad y decirles lo que esperamos de ellos. Reforcemos
su amor propio y resaltemos lo valiosos y amados que son, por lo tanto como un
gran tesoro deben cuidarse y comportarse. Aprovechemos las oportunidades que
tenemos cerca como un programa de televisión, una noticia, un comentario, un
libro, etc., ya que generalmente resulta más fácil hablar de un tercero que de
sí mismos. Recordemos valorar las opiniones e inquietudes de nuestros hijos,
pues siempre será una oportunidad de conocerles más, de comprenderlos y
orientarlos. Interesémonos por conocer no sólo a sus amigos, si no a los
nuestros, luego que son el círculo donde socializan y aprenden nuevas
experiencias. Debemos trasmitir siempre mensajes positivos para fortalecer su
autoestima y asertividad en la toma de decisiones.
Finalmente,
respecto al uso general de los dispositivos que permiten el acceso a internet y
que facilitan un probable caso de “sexteo”,
es necesario tener estrategias para prevenir la posible situación y desde la
corresponsabilidad tanto en el colegio como en casa se deben dar pautas de
protección en internet. En ambos escenarios se debe fortalecer en los niños y
adolescentes el respeto a sí mismos, por los demás y la importancia de los
límites personales, así como las consecuencias personales, sociales y legales de
estar en medio de un “sexteo”.
Comparto
con ustedes una página web con un Programa desarrollado por Pantallas Amigas e
impulsado por Google, con la colaboración de INAI, REDIM, Canal del Congreso,
DIF Nacional, InfoDF y SIPINNA de México con el objeto de reflexionar sobre los
riesgos del sexting.