sábado, 8 de febrero de 2014

SER PROFESIONAL: COMPROMISO Y COHERENCIA



 Ser profesional en el sentido de formación o aprendizaje, ostenta una gran gama de opciones, como las basadas en tecnología, adelantos científicos, la medicina, la docencia, las ciencias humanas y sociales, etc. No obstante, todas representan un quehacer que requiere un compromiso con la sociedad y con la profesión persé. Es así como los profesionales en general, son aquellas personas que conocen y saben hacer apropiadamente su labor y dedican la mayor parte de su tiempo a ella, convirtiéndola en su medio de vida.

El comportamiento del profesional debe ser orientado por la conjunción ética, la cual debe ser la esencia del servicio profesional, entre el proyecto de vida personal y la base de la confianza que de alguna manera la sociedad deposita en los profesionales. Convirtiéndose en ciudadanos con mayor responsabilidad hacia la comunidad, dado el bagaje de conocimientos y herramientas adquiridas durante su preparación como tal.

La reflexión gira en torno a la importancia de que cada persona que desea prepararse para ejercer una profesión, debe buscar la excelencia desde dos puntos de vista: Contar con un concepto claro e innovador de la vocación profesional como proyecto de vida en términos honestos, justos y responsables; así como tener clara la magnitud de ofrecer un servicio comprometido y sobresaliente para  la sociedad.

Para el logro de dicho servicio, se considera ineludible escoger adecuadamente la profesión a desarrollar, teniendo en cuenta el indagar suficiente información sobre la carrera a estudiar, decidir concienzudamente dicha profesión, evitando estudiar por estudiar. Escuchando las sugerencias de padres y familiares, sin basarse sólo en lo que ellos quisieran que se elija, ya sea por el estatus de una profesión o por el posible margen económico que represente. Se debe tomar el tiempo preciso para tan importante decisión, puesto que dicha elección se convertirá en el proyecto de vida.

El ejercicio profesional se construye y se debe contar con un discurso coherente, que permita orientar la acción de las personas interesadas en ser idóneos profesionales en el sentido completo del término, es decir, profesionales técnicamente capaces y honestamente rectos en el desempeño de su labor profesional. En este orden de ideas surge un desafío de doble vía, ser extraordinarios profesionales para ser íntegros ciudadanos y ser extraordinarios ciudadanos para ser íntegros profesionales.

Es así como emerge el valor del compromiso y la coherencia, teniendo en cuenta que tiene por objeto el ser y parecer una persona con actitudes y comportamientos consecuentes cotidianamente, existiendo una relación estrecha entre lo que se dice y se hace, responsablemente. Es relevante resaltar que en la medida que se disfrute lo que se hace, igualmente se reflejará en el quehacer y en quien recibe el servicio. Muy seguramente será mucho más eficiente y eficaz en su profesión. En esta medida se lograrán altos niveles de compromiso tanto en los lugares de trabajo, como en las esferas personales, familiares y sociales, uniendo factores primordiales como son la coherencia y la responsabilidad.