lunes, 14 de febrero de 2011

Ruptura conyugal, ¿ruptura parental?

La familia como sistema abierto establece distintos intercambios con su entorno externo e interno, más allá de las individualidades de sus miembros. Es así que  dentro del grupo familiar se pueden apreciar pequeños subconjuntos formados por elementos del mismo sistema que se relacionan entre sí, en torno a una misma función o cualidad; es lo que se conoce como subsistema. Al interior de la familia se distinguen: subsistema conyugal, parental y fraterno.

Subsistema conyugal está compuesto por la pareja de esposos, siendo el eje en torno al cual se forman todas las relaciones y lleva implícitas tareas de complementariedad y de acomodación mutua, en las que cada miembro debe adaptarse para formar una identidad en pareja, un "nosotros" que va más allá del "tú" y "yo". Posee funciones específicas, vitales para el funcionamiento de la familia, como son el brindarse apoyo y seguridad, mostrarse afecto y tener relaciones sexuales.

Subsistema parental que lo integran los progenitores, sean estos padres biológicos o culturales representando el poder ejecutivo y ejerciendo las funciones organizativas básicas. En este subsistema son básicos los principios de autoridad, jerarquía y diferenciación de sus miembros. Los padres deberán valorar a cada hijo como los seres únicos e irremplazables que son, evitando compararlos entre sí, a la vez que les ofrecen igualdad de alternativas y de oportunidades sin ningún tipo de discriminación.

Por último, Subsistema fraterno, que hace referencia a la relación entre los hijos, provee el primer laboratorio social en el que los niños aprenden a relacionarse con iguales, aprendiendo experiencias como el compartir, negociar,  y rechazar, entre otras. Las relaciones entre hermanos son muy significativas y constituyen un auténtico campo de aprendizaje donde se ensayan la competición, pero también la cooperación y la negociación. La competición entre hermanos es una fuente potencial de conflictos, pero también de rivalidad constructiva, ya que los hermanos evolucionan gracias a la relación que hay entre ellos y al afán por diferenciar su propia identidad dentro del sistema familiar. En el caso de los hijos únicos, las experiencias anteriores dependen en gran medida de sus padres, quienes facilitan estos aprendizajes a través del círculo educativo o social, ya sea con familiares o amigos en lo posible de la misma edad.

Como cada subsistema lo componen seres humanos, hace que sean complejas las relaciones entre si, llegando a confundirse sus funciones, roles y jerarquía dentro de la estructura familiar, principalmente en los subsistemas conyugal y parental, especialmente cuando surge la ruptura del primero de ellos, dado que se tiende a hacer ruptura simultánea del subsistema parental, afectando la estabilidad u orientación en los hijos e incluso ubicándolos en medio de una lucha de poder entre los padres.

Al desaparecer el subsistema conyugal, termina la relación de pareja, pero continúa la relación del subsistema parental hacia el fraterno. He ahí la necesidad de asumir la función y objetivo de estos subsistemas, pues continúan los hijos siendo hijos y los progenitores siendo padres, así ya no sean pareja. En la medida que se tenga claridad en este concepto la antigua pareja tendrá elementos más claros para establecer una adecuada relación como padres, lo cual se verá reflejada en los hijos.

Al tomar la decisión de romper como pareja, es importante tener en cuenta a los hijos explicándoles que ya no serán esposos o cónyuges, pero serán siempre padres y ese tipo de amor no debe verse afectado, así como tampoco los acuerdos en la formación y orientación del subsistema fraterno.

Para los hijos será un proceso de ajuste y adaptación la nueva estructura y tipo de familia que tendrán, pero se les facilitará en la medida que los padres adelanten este acompañamiento y aprendan a diferenciar la relación de pareja de la relación como padres, dado que los hijos necesitan tener acceso a ambas figuras parentales encontrando normas, limites, comunicación y demás acordadas y establecidas por ambos padres siendo consecuentes en ambos hogares, independientemente de que hayan establecido nuevas relaciones de pareja. Esta es una base primordial para continuar con la socialización y formación de los hijos independientemente de la ruptura conyugal.

3 comentarios:

  1. Es muy valioso este artículo, que nos invita a los padres a no olvidarnos que ante todo estamos formando individuos para la sociedad, y que son además las personitas más valiosas de nuestra vida y eso debe primar, sean cualesquiera los motivos de la ruptura. No podemos hacer que nuestros chicos tomen partido.

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  2. Es importante este artículo porque a quienes atraviesan por una ruptura en su relación conyugal muchas veces les cuesta entender que quienes se separan son los esposos pero no el padre y la madre, pues ese rol los acompañará durante cada etapa del ciclo de vida de su hijo(a) o hijos(as).

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